Gonzalo Arango
Foto de Hernán Díaz
Siempre lo vi muy angustiado. Esa es la esencia de Gonzalo, una angustia vital, existencial, como esa falta de acomodo de un ser en el mundo. Hay seres en el mundo, muy pocos, que son lacerados, para emplear una frase de Maiakovsky, que él sufría mucho porque era todo corazón, que cualquier fenómeno del mundo lo hería profundamente. Eso era Gonzalo. Son seres que, usando otra imagen, como que no tienen piel, el cuerpo está siempre desnudo y se hieren mucho. Gonzalo seguía siendo un niño. Por eso a mí se me asemeja mucho a Fernando González. Los grandes siempre conservan esa condición de niños.
Alberto Aguirre