Gonzalo Arango
Foto por Abdu Eljaiek
Ahora veníamos hablando con Jota, que Gonzalo, así suene como una palabra tonta en el mundo moderno, ejerció la “santidad”. Un santo en el sentido del hombre que se prodigó mucho. Era generoso y no por lo que pudiera dar materialmente, ya que era muy pobre, pero en su contacto humano daba lo que los sicólogos modernos llaman “la caricia”.
Eduardo Escobar