Gonzalo Arango
Cortesía de Michael Smith,
creador de
Elprofetagonzaloarango.com
Las 4. Me calzo los pies ensangrentados con ruedas de helicóptero. Subo al tejado volando para recibir la brisa de la tarde. Le coqueteo a un gallinazo para que venga a hacerme compañía. El gallinazo se posa sobre mis piernas huesudas y me roe brutalmente. Trato de disuadirlo de que me picotee, pero no obedece. Entonces le tuerzo el pescuezo y empieza a vomitar sangre. Me cubro el estómago del asesinato. ¿Estará tuberculoso? Cuando se desgonza y estira las patas se lo arrojo a las palomas. Hormigas de gran tamaño mecánico con alas en las que se lee “USA” acuden al banquete. Lloro desconsoladamente y me golpeo la cabeza con una teja de barro. La teja se destroza contra el occipital. Mi cabeza es genialmente sólida. ¡Soy feliz!
Gonzalo Arango