Gonzalo Arango
Lo conocí en 1946. Era entonces un chico de aspecto delicado, lo más inofensivo del mundo, siempre con un libro bajo el brazo. No servía para jugar fútbol. Nadie... sospechaba... nada. Nos hicimos muy amigos. Ustedes saben cómo es cuando dos chicos en el colegio se hacen amigos: los profesores creen que son maricas. Si no fuera por los profesores, los muchachos podrían ser felices.
Jaime Jaramillo Escobar
(X-504)