Gonzalo Arango y
Alberto Aguirre - Circa 1953
Salíamos a las 12 y nos íbamos caminando hasta el edificio Bemogú, donde era la Andi antes. En el sótano había unos billares, y nos metíamos allá y nos poníamos a jugar billar a la una de la mañana, aunque ninguno de los dos sabía jugar. No tomábamos trago. Gonzalo no era bebedor. Nos la pasábamos charlando y a veces nos cogían las cinco de la mañana, y era entonces cuando salía y compraba El Colombiano. Fue una época de mucha intimidad.
Alberto Aguirre