Gonzalo Arango
Foto © Hernán Díaz
Yo le oí a un amigo, Félix Ángel Vallejo, noticias de un joven que estaba en Cali, un desesperado que le escribía acerca de náuseas por la poesía, la metafísica normal, la novela, y por todo lo humano; que las náuseas eran ya vómito por nuestra universidad, por los maestros y por los personajes de la patria; que ese estado se llamaba Nadaísmo y que eran sinnúmero ya sus compañeros. Inmediatamente viví que eso era una aurora en Suramérica.
Fernando González